España se pega un tiro en el pie
Luis Enrique no ha erradicado los viejos vicios. España, como en sus peores tiempos, se pegó un tiro en el pie. Perdió en Croacia y se complica su pase a la Final Four de la Liga de las Naciones. Un equipo que abusó del toque, un De Gea inseguro, un Morata fallón y una selección insulsa en la primera parte e incapaz de gobernar el partido en la segunda. Dos regalos de La Roja adelantaron dos veces a los croatas. Ceballos primero y Ramos de penalti después igualaron el partido para la selección de Luis Enrique. Sobre la bocina, un mal despeje de De Gea dio la victoria a Croacia. O empatan Inglaterra y Croacia en el último partido del grupo o estamos fuera.
Jugaba Jordi Alba, antes archienemigo de Luis Enrique y ahora indultado tras el abrazo de Las Rozas. Y jugaban otros diez, sin demasiadas sorpresas entre los elegidos en el once de España. El portero era De Gea. Acompañaban al citado Alba, Sergi Roberto, Sergio Ramos e Iñigo Martínez, la nueva pareja del capitán español. A ver si la definitiva como Pilar Rubio.
En el centro del campo se mantenían inamovibles Busquets (o el primo malo de Busquets) y Saúl. Por delante, tres mediapuntas: Isco, Ceballos y Iago Aspas. Arriba la referencia era Rodrigo. Un equipo plagado de talento, quizá algo corto de físico. Un equipo para tenerla y con dificultades para recuperarla.
El duelo arrancó furioso con una Croacia que presionaba arriba. España salió adormecida con un agujero en la derecha. Perisic abusaba de Sergi Roberto en cada lance. En el 5 estuvo a punto de inaugurar el marcador pero entre De Gea y el palo evitaron males mayores. Sufría España, partida ante la presión croata e incapaz de encontrar su mejor versión, ni siquiera una versión mediocre. Nuestros primeros diez minutos fueron un esperpento de Valle-Inclán.
Avasalla Croacia
Los croatas llegaban sueltecitos como una blusa de lino al área de De Gea. Busquets era invisible. La pelota duraba a España lo que una promesa de Pedro Sánchez: nada y menos. En el 17 volvió a tenerla Croacia. De nuevo el omnipresente Perisic, que nos reventaba por el costado de Sergi Roberto, se plantó en el área de De Gea. Se interpuso salvador Sergio Ramos.
España volvía a los peores tiempos del lopeteguismo: toque insufrible y cero profundidad. Croacia se tomaba un respiro en la presión, pero no en las tarascadas, que fueron repartiéndolas cuando tocaba. Quizá lo mejor para los nuestros era que conservábamos nuestra portería incólume y las piernas indemnes también.
Modric –el bueno, no el que está jugando este año en el Madrid– gobernaba el partido con una superioridad insultante. Un centro al área de España demostró que Kalinic es el primo croata de Karius. ¡Qué manera de cantar! El árbitro, tan desastroso como el meta de Croacia, se inventó una falta de Iago Aspas que pasaba por allí. Sería para escribir un tratado de cómo no se debe arbitrar lo que hizo el colegiado.
Pasada la media hora España dio pequeñas señales de vida, no siempre inteligente, eso sí. Isco se arrastraba por el campo, totalmente fuera de forma. Por algo Solari no le ha puesto ni un día de titular. El partido era una bola infumable, intragable y empalagosa como un polvorón relleno de sobao pasiego y rebozado de kikos.
En el minuto 43 la selección de Lopetegui (digo de Luis Enrique) hizo su primer tiro. Premio para Saúl aunque su disparo se marchara alto. También se animo el gordito Isco antes del descanso con un lanzamiento centrado que echó a córner Kalinic. Y así sobrevino el descanso.
El partido se enreda
La segunda arrancó por los mismos derroteros que la primera. Presionaba arriba Croacia, aunque esta vez España había salido algo más concentrada. También los croatas habían perdido gas. Modric se diluyó igual que en el Madrid. Su estado físico es para mandarle un par de meses a casa de Eufemiano Fuentes. Ayudados por la caída croata, crecía algo España. Poco, ¿eh?
Todo se enredó en un minuto de locura. La primera la tuvo Sergi Roberto, que entregó una pelota estúpida a un croata. A Sergio Ramos no le dio tiempo a rectificar y Kramaric se plantó delante de De Gea para hacer el 1-0. Casi nada más sacar de centro igualó España. La jugada nació en una genialidad de esas que Ceballos hace cada vez menos veces. Un taconazo y giro que sentó a su rival, aceleró la jugada y asistió a Aspas. El del Celta vio el desmarque de Isco, que volvió a ponerla al área donde apareció Ceballos para marcar de primeras. España lograba el empate.
El partido se metió en secuencias de vértigo. Luis Enrique metió a Asensio por un desaparecido Rodrigo. Pasado el 60 pudo empatar Iago Aspas, pero su disparo con la puntera lo repelió el larguero. Fue su última jugada porque Morata le suplió inmediatamente. Era el segundo cambio de una España que ahora sí veía opciones de meter mano a Croacia.
La segunda parte era otra cosa, no esa infamia futbolística que habían perpetrado ambas selecciones en la primera mitad. Y cuando España parecía más cerca de ganar el partido apareció otro viejo vicio: De Gea. Fue en un centro a la salida de un córner. Modric la puso al segundo palo. Era una pelota fácil para un portero de la estatura de De Gea. Pero se quedó refugiado bajo palos (en plan Keylor Navas) y no atacó el balón, así que Jedvaj sólo tuvo que poner la cabeza para hacer el 2-1.
Intercambio de golpes
España entró en combustión y pudo encajar el 3-1 si no es porque De Gea lo evitó en un gran mano a mano ante Kramaric en el 72. Luego el infortunio volvió a cebarse con España porque Morata falló un gol inexplicable, un fallo clamoroso, propio del mismísimo Higuaín. Estaba sobre la línea de gol y no fue capaz de cabecear lo suficientemente fuerte.
La fortuna, esquiva con Morata, sí sonrió a España un par de minutos después cuando Vrsaljko cometió una mano dentro del área que no paso inadvertida a los ojos del colegiado. Pitó el penalti y lo marcó Sergio Ramos. La noticia es que no lo tiró a lo Panenka.
Los últimos minutos fueron para España. Los croatas estaban hundidos, pero no nos dio tiempo. Croacia se lio a hacer faltas y La Roja fue incapaz de encontrar el área de Kalinic. Al final, la selección española iba a firmar el empate y acabó perdiendo en el último minuto en otro mal despeje de De Gea… La cuestión del portero vuelve a florecer. Otro debate y España con un pie fuera de la Final Four de la Liga de las Naciones.